Asunción, mayo de 2013

Enrique Vargas Peña (foto de paraguay.com)

Carta desde Asunción, mayo de 2013: “Las elecciones del 21 de abril se realizaron normalmente. A eso de las seis de la tarde, todas las bocas de urna, menos una, proyectaron a un mismo ganador. La que dio resultados diferentes, proyectaba ganador al candidato de la izquierda”.

“Muchos nos reimos de la falta de seriedad de esa empresa de encuestas. Nos acodábamos de lo que decían en octubre de 2012, que fue cuando empezaron a decir que la izquierda era mayoritaria. Entonces nos reíamos a carcajadas”.

“Poco después de las diez de la noche dejamos de reirnos. Vimos al canciller brasileño Antonio Patriota hablando en CNNEspañol, sobre nuestras elecciones”.

“Estaba comentando un comunicado de la misión de observadores de UNASUR que estaba en nuestro país tras el acuerdo que el canciller Fernández Estigarribia (José Félix) les dio a los cancilleres de Colombia y Chile a cambio de poder participar en dos reuniones del CELAC”.

“No podíamos creer lo que estábamos escuchando: El ministro Patriota decía que nuestras elecciones estaban en peligro y que los resultados que el conteo rápido de Tribunal Superior de Justicia Electoral estaba dando, coincidentes con todas las bocas de urna menos aquella que daba ganadora a la izquierda, encubrían la distorsión del voto a favor de importantes fuerzas políticas paraguayas”.

“Patriota decía que estaba en contacto con las misiones de la OEA y de la Unión Europea en Paraguay para pedirles que no adelanten sus dictámenes sobre nuestras elecciones hasta recibir la documentación que les proveería UNASUR a fin de asegurar la transparencia del proceso paraguayo”.

“Más tarde, esa noche de las elecciones, el candidato de la izquierda se proclamó ganador y exhibió los resultados de la boca de urna aquella como prueba. A los pocos minutos, la Televisión Pública argentina estaba informando que la presidenta Cristina Fernández estaba en comunicación telefónica con él para felicitarle por su triunfo”.

“Mientras, el candidato que casi todas las bocas de urna daban como ganador estaba tranquilo pidiendo que las celebraciones de sus partidarios se hagan en orden. No tenía a nadie para ocuparse de las repercusiones internacionales. Nunca dio importancia al tema, no le interesaba”.

“Nosotros no podíamos creer lo que estaba pasando. Poco después, Rede Globo informaba que Dilma Rousseff estaba  también felicitando al candidato de la izquierda por su triunfo. Luego se sumaron Chávez, Correa, Evo y Daniel Ortega”.

“Más tarde le llamó Raúl Castro y, finalmente, los presidentes Sebastián Piñera de Chile y Juan Manuel Santos de Colombia. En Asunción, el candidato de la izquierda convocó a una conferencia de prensa para decir que su triunfo fue reconocido más allá de las fronteras ideológicas, pues los presidentes derechistas de Chile y Colombia lo habían reconocido también”.

“El otro candidato, el que casi todas las boca de urna y el conteo rápido de Justicia Electoral daban como ganador, no entendía lo que pasaba. Estaba celebrando su triunfo en una gran fiesta, con mucho whisky y mucha gente”.

“Fue entonces cuando sectores disidentes de los dos grandes partidos tradicionales reconocieron también el triunfo del candidato de la izquierda, yendo a su puesto de comando para felicitarle. Más tarde se sumaron los grupos que habían salido del Frente Guazú para acompañar candidaturas de los partidos tradicionales y una catarata de organizaciones sociales y ONGs”.

“Durante la madrugada, los abogados del candidato de la izquierda habían logrado paralizar el conteo de Justicia Electoral alegando irregularidades que nadie sabía de dónde salieron”.  

“Durante la mañana del lunes nuestra carcajada de la tarde del domingo había dado lugar al asombro puro y simple y a la impotencia. El candidato al que casi todas las boca de urna y el conteo de Justicia Electoral había dado ganador seguía durmiendo tras su celebración, pero el candidato de la izquierda, ya reconocido como presidente-electo por UNASUR, empezó a nombrar a quienes serían los ministros de su gobierno garantizando el retorno de nuestro país a UNASUR y a MERCOSUR”.

“Consultado el canciller Fernández Estigarribia, dijo que estaba esperando un gesto de Chile y Colombia para evaluar la situación y declaró a los diarios que no se arriesgaría porque ‘Nosotros les estamos demostrando con altura cuál es nuestra conducta’”.

“Así, el gobierno de Federico Franco también evitó pronunciarse sobre la situación”.

“Fue después de esa declaración, cuando ya UNASUR había reconocido como presidente-electo al candidato de la izquierda, que los partidos tradicionales empezaron a moverse, lentamente, aunque los disidentes que habían trabajado con el gobierno durante la gestión de Fernando Lugo se apresuraron en intentar mostrar que no había unanimidad en ellos”.

“Durante la semana, algunos mandos militares que habían sido promovidos durante el gobierno de Lugo expresaron su deseo de visitar al candidato de la izquierda, diciendo que querían cumplir con el reconocimiento que nuestra Constitución sugiere para el elegido por el pueblo para el cargo de Comandante en Jefe”.

“Los mandos superiores resolvieron castigar este pedido, pero entonces esos mandos militares promovidos por Lugo dijeron que preferían acatar al pueblo antes que a comandantes designados por un gobierno ilegítimo”.

“Fue ahí cuando Brasil decidió solicitar que esta grave ruptura sea analizada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. El canciller Patriota explicó en los medios internacionales que veían con mucha preocupación un posible enfrentamiento armado en Paraguay y que la obligación de la ONU era hacer todo lo posible para prevenir esa posibilidad”.

“Argentina, miembro rotativo del Consejo de Seguridad con el voto dado por el gobierno de Federico Franco en octubre de 2012, pidió que el Consejo autorice que una misión de la ONU para impedir el enfrentamiento y encaminar una transición pacífica del nuevo gobierno encabezado por el candidato de la izquierda”.

“El Grupo Latinoamericano, donde UNASUR impuso su peso, pidió que se respete la perspectiva regional. Rusia y China, miembros permanentes del Consejo de Seguridad apoyaron eso. Estados Unidos, Francia e Inglaterra pidieron seguridades de que en una eventual transición controlada por la ONU sus intereses serían preservados”.

“Brasil otorgó esas seguridades como país líder de la región y así se aprobó la iniciativa argentina en la ONU y desde entonces Naciones Unidas está aquí vigilando la transición”.

El texto que antecede es, obviamente, ficción. Pero cualquiera que haya leído sobre el “Golpe de Praga” de 1948 sabe que algo así es posible. Espero que este cuento sirva para que se entienda por qué haber votado por Argentina en la ONU ha sido nefasto para nuestro país y claramente atenta contra el interés nacional.   


Publicado en la edición de La Nación del domingo 28 de octubre de 2012